En este artículo quiero explicarte cuáles son los elementos necesarios para que una pareja funcione. En algunas ocasiones, cuando uno de los elementos falla, suele haber problemas en la pareja. O bien, no existen problemas como tal, pero la pareja se transforma en otro tipo de relación personal (por ejemplo: amistad, compañeros, desconocidos).
Según el psicólogo Robert Stenberg (1989), existen tres elementos para definir una relación de pareja: intimidad, pasión y compromiso. Según la intensidad y la presencia o ausencia de cada uno de estos elementos nos vamos a encontrar diferentes tipos de relaciones personales. Al modelo de Stenberg, me gusta añadirle un cuarto elemento: la comunicación. Vamos a pasar a describir cada uno de estos componentes.
- Intimidad
Este componente se refiere al grado en que conocemos el mundo interior del otro. Se relaciona con el tiempo de calidad que la pareja pasa a solas y que le permite conocerse mutuamente cada vez un poco más. La intimidad engloba la confianza, la cercanía emocional y la seguridad que experimentamos cuando estamos con el otro.
- Pasión
Este componente hace referencia al atractivo sexual y físico que nos despierta la pareja. Se refiere al ámbito del deseo, las relaciones sexuales y la expresividad física del cariño. La pasión se hace evidente en la necesidad de tener contacto con el otro.
- Compromiso
Engloba la voluntad de estar con la otra persona, el compromiso con su bienestar y con la relación. Este tipo de compromiso no se refiere a querer casarse o estar comprometidos, sino a tener en cuenta al otro en las decisiones y a ver a la pareja como un proyecto en común. El nivel de compromiso con la pareja es lo que le otorga la estabilidad a medida que los conflictos tienen lugar.
- Comunicación
Este no es un componente del modelo de Stenberg pero me gusta incluirlo en el modelo. Ya que, una buena comunicación es la herramienta que permite articular de modo correcto estos tres elementos. Cuando la comunicación en la pareja falla, es complicado que las personas puedan ajustar sus necesidades de intimidad, pasión y compromiso, y por ello, surgen problemas de pareja.
Cuando están los tres componentes están presentes y funcionan de manera correcta tenemos lo que se llama “amor consumado”.
El amor consumado es lo que de manera coloquial y cotidiana llamamos “pareja”. Cuando por ejemplo, existe intimidad y compromiso, pero no pasión, podemos estar frente a una amistad. Cuando existe sólo pasión e intimidad pero no compromiso, estaríamos frente a un “rollo” o una relación inestable que las personas mantienen “mientras dure”. Y si sólo contamos con pasión y compromiso, pero no hay intimidad, podríamos estar frente a una relación de pareja distante y fría desde el punto de vista sentimental.
Cada uno de los elementos que componen la relación de pareja, van cambiando de manera natural con el paso del tiempo.
Mientras que la intimidad y el compromiso suelen crecer con el tiempo la pasión tiende a disminuir. El área de las relaciones sexuales requiere de especial atención por parte de la pareja con el pasar de los años. El erotismo y el deseo sexual es algo que también se ha de cultivar y considerar. Por otro lado, la intimidad es uno de los elementos que más se resiente como resultado de las malas experiencias sentimentales. En algunas parejas existe poca intimidad, entendida ésta como poca confianza y poca apertura emocional hacia el otro, como consecuencia de infidelidades o engaños. Finalmente, de manera general, el compromiso con una pareja, entendido éste como las ganas de tener un proyecto de vida común, suelen crecer con la edad de la persona. Cuanto mayor se es, más suele buscarse con una pareja que nos tenga en cuenta, que se interese en nuestro bienestar y que cumpla con lo que promete.
En terapia de pareja, suele comenzarse por detectar los niveles actuales de intimidad, pasión y compromiso de la pareja, para luego, identificar qué niveles son los deseados.
Para poder acercar la relación actual a la relación ideal de cada miembro de la pareja, solemos empezar trabajando las pautas de comunicación.
Una vez mejorada la comunicación, en la terapia planteamos tareas para mejorar cada uno de los componentes de manera progresiva. Así, se le dan tareas a la pareja para que mejore su intimidad (saber explicar sentimientos, dudas, inseguridades), pasión (ejercicios orientados a mejorar el deseo y erotismo) y el compromiso (ponerse en el lugar del otro, realizar planes como un equipo).
A modo de conclusión, es importante atender a estos tres componentes en nuestra pareja para tener una relación satisfactoria. Y sobre todo, no dar nada por supuesto. Hemos de “trabajar” para mejorar la intimidad, la pasión y el compromiso utilizando la comunicación como herramienta. Tener una relación de pareja satisfactoria es una tarea que hay que llevar a cabo día a día.
Julia Márquez (Psicóloga especializada en terapia de pareja)