Se acerca la navidad y se trata de unas fechas en las que suelen mezclarse emociones y sentimientos de todo tipo.
En este post queremos centrarnos en las emociones que puede despertar la Navidad, así también como aportarte unas ideas y consejos para que puedas disfrutar de estas fechas.
La Navidad, noche vieja, Reyes, son fechas en las que es más fácil entrar en contacto con emociones, pensamientos o recuerdos que hemos dejado de lado. Sobre todo, suelen aparecer emociones y pensamientos más tristes o negativos. ¿Por qué?
Porque se trata de unas fechas en las que la ausencia de seres queridos y los compromisos con familiares con quienes no tenemos buena relación, provocan que experimentemos tensión o incomodidad en un momento en el que deberíamos disfrutar, estar cómodos y alegres.
Imagen Ideal Imagen Real
Con lo cual, se reúnen dos imágenes opuestas: por una parte la realidad que tenemos (compartir la mesa con personas que no nos agradan o notar más que nunca la ausencia de seres queridos) y por la que deberíamos o querríamos tener (por ejemplo compararnos con imágenes publicitarias acerca de cómo tiene que ser la Navidad o recuerdos que tenemos de la navidad en otra época anterior de nuestra vida).
Es decir, en un período breve de tiempo, las dificultades y problemas que tenemos durante el resto del año se hacen más visibles porque de cierto modo, el contexto nos empuja a ser más conscientes de ello. Sentimos cierta presión por encontrarnos felices y con ganas de reunirnos y festejar, y todo esto, puede generar justamente el efecto contrario. Nos podemos sentir confundidos respecto a qué sentir, nos encontramos tristes porque recordamos las cenas de noche buena con esa persona que ya no está…..Todas las emociones se asocian y necesitan de su opuesto para existir, por eso, cuando nos recuerdan que hemos de estar felices, es muy probable que recordemos motivos para estar tristes.
Entonces, una vez hemos entendido la “mecánica” de las emociones en la Navidad, queremos dejarte estas ideas y consejos:
- Es importante que respetemos las emociones y sentimientos de las demás personas. Ya que se trata de vivencias interiores que son individuales y circunstanciales. Presionar a los demás para que se sientan de una u otra manera provoca un rechazo que va en sentido opuesto al clima agradable que pretendemos tener en estas fechas.
- Evitemos hacer juicios de valor sobre los comportamientos de los demás. Esto nos libera de hábitos tóxicos como estar valorando y etiquetando lo que hacen y dicen los demás. Siempre puedes expresar cómo te sientes, céntrate en explicar tus sentimientos sin recurrir a lo que hacen o dicen las personas que te rodean.
- Es necesario relativizar, se trata de no darle más importancia a las fechas navideñas de la que realmente se merecen. No se necesita de Navidad para reunirse con los seres queridos, tener un detalle con una persona estimada o solucionar un conflicto pendiente.
- Ten presente que cada situación, cada día, es oportunidad y una puerta para el cambio personal. Si no te agrada la Navidad tampoco pierdes nada por cenar en familia, estas fechas seguirán existiendo independientemente de si nos gustan o no. Con lo cual, “oponerse” o manifestar constantemente que no nos agrada la Navidad es iniciar una lucha que desde el comienzo tenemos perdida. Cuando no se puede cambiar algo, hemos de aprender a vivir con ello y que nos moleste cada vez menos.
- Si te encuentras triste o ansioso, haz de escuchar tus emociones. Has de indagar qué es lo que te hace sentir así. No obstante, es recomendable que aunque te cueste, te esfuerces mucho por salir, realizar ejercicio físico y no comer/beber en exceso. Todo esto te ayudará a sentirte mejor.
Por último, nos gustaría dejarte un enlace con un vídeo que explica la metáfora terapéutica del invitado no deseado.
https://www.youtube.com/watch?v=z558qPdvYr4
Esta metáfora ilustra de otra manera, los consejos que te hemos explicado anteriormente, puede aportarte mucho a nivel personal.
Esperamos que te haya agradado el post!
Julia Marquez (Psicóloga)