Los conflictos en la pareja forman parte del desarrollo normal de las relaciones sentimentales, en la mayoría de los casos, estas faltas de entendimiento pueden ser solucionados con recomendaciones relativamente simples. No obstante, en ciertas ocasiones los conflictos pueden avanzar y crear grandes fuentes de estrés, ansiedad y preocupaciones, hasta hacernos llegar a plantearnos si es conveniente que continuemos con la relación o no.
Es importante saber enfrentar de manera correcta los problemas en la pareja, ya que gracias a éstos la pareja puede pasar por un proceso de ajuste mutuo de sus miembros, y generar cambios que favorezcan una mejor convivencia y una relación más sólida.
Las principales áreas en las que se dan los conflictos en la pareja suelen ser:
- Responsabilidades o poderes. Se trata de los problemas que surgen en torno a quién se encarga de hacer las cosas y quién decide lo que hay que hacer. Estas decisiones abarcan aspectos tan fundamentales como: las finanzas del hogar, el cuidado de los hijos, las relaciones sociales, viajes, salidas,etc.
- La intimidad. En este caso se trata de los conflictos que surgen en el ámbito de la privacidad de la pareja, incluye compartir los sentimientos más íntimos, apoyar a la pareja y darle su lugar frente a los familiares y amigos.
- La pasión, el afecto, la sexualidad. El amor va sustituyendo al enamoramiento, la pasión inicial va dando paso a la intimidad y al cariño, pero no por eso se puede perder la atracción que se siente por el otro como objeto y sujeto sexual.
- Comunicación. Cuando se producen los conflictos y no se solucionan adecuadamente se producen patrones de comunicación que perpetúan el problema y conducen finalmente a la separación.
- Cambios en el ciclo vital. Los cambios en la vida de cada uno de los miembros de la pareja pueden desencadenar problemas debido a que implican un reajuste de la relación. Por ejemplo, la llegada de los hijos, la jubilación, cambio de lugar de residencia, enfermedad, etc.
El asesoramiento psicológico puede ayudar a que los problemas de pareja sean afrontados de tal manera que sean una oportunidad para fortalecer la relación, haciendo que sus miembros se entiendan y comuniquen correctamente, y superen un obstáculo que los hará mas fuertes en la adversidad.
Todos los miembros en la pareja, positivos y negativos, son fuentes de estrés, y exigen a la pareja poner en marcha sus habilidades de comunicación y de resolución de conflictos. Pero a su vez, son una oportunidad para plantearnos el grado de motivación que tenemos para mantenernos juntos, y la capacidad que tenemos de reconocer debilidades delante del otro, y que el otro las reciba sin castigarlas. Recuerda que para que una relación sea gratificante y sana, es necesario cuidarla cada día.
Julia Marquez Arrico. (Psicóloga Neuroespai)