En Neuroespai trabajamos los problemas psicológicos con un enfoque integrador, si bien nuestra orientación terapéutica está basada, sobre todo, en la Terapia Breve Estratégica. Quizás no estés familiarizado con este tipo de terapia, pero te queremos explicar por qué es nuestra orientación electa, especialmente en la terapia de los trastornos de ansiedad.
La Terapia Breve Estratégica tiene su sede en el Centro di Terapia Strategica di Arezzo, aunque cuenta con más de 60 centros afiliados en toda Europa. El grupo de “Brief Strategic Therapy” (Nardone G., Watzlawick P., Rowman & Littlefield Publishers Inc, MD, USA, 2004) ha realizado diversas investigaciones durante más de 20 años, siguiendo los parámetros internacionales para la evaluación de la eficacia y eficiencia de las psicoterapias en diversas patologías psicológicas. Logrando una completa superación de la sintomatología del paciente, en una media de 7 sesiones.
Estos son algunos resultados de Eficacia y Eficiencia en el tratamiento de los Trastornos de ansiedad (remisión de síntomas en el 95% de los casos) conseguidos gracias a este tipo de orientación terapéutica:
– trastorno de ataques de pánico con y sin agorafobia;
– trastorno de ansiedad generalizado;
– fobia social;
– trastorno de stress post-traumático;
– obsesiones;
– compulsiones;
– trastornos psicosomáticos (hipocondría, dismorfofobia, etc..).
“El que no aplique nuevos remedios debe esperar nuevos males, porque el tiempo es el máximo innovador”
Sabemos bien que enfrentarse a la ansiedad no resulta sencillo, y esta frase de Sir Francis Bacon nos recuerda que dejar pasar el tiempo no es la mejor opción para hacerle frente a las dificultades. Muchos de nosotros lo hemos intentado muchas veces (ya pasará…) y seguramente, después de la tormenta llega la calma. Aunque, pese a la calma inicial, nos encontramos, después, con una calma inconstante.
Hay algo que comparten la mayoría de personas que acuden a terapia: la sensación de incapacidad para manejar la situación, lo cual produce una pérdida de la confianza en los recursos propios. Cuando las personas deciden resolver las situaciones por si solas y no llegan a manejar los miedos que les atormentan, van construyendo, sin darse cuenta, una prisión mental de la que no pueden salir, que a través del tiempo y de los intentos fallidos por superarlos les deja una sensación de incapacidad.
Es sorprendente la cantidad de mensajes que empiezan con una limitación subjetiva o imaginaria y que se van instaurando, progresivamente, en los procedimientos del día a día:
- No lo entiendo
- No tengo tiempo
- No sé dónde empezar
- No sirvo para esto
- Se me da fatal [Rellenar con cualquier cosa]
- Tengo mucho trabajo
- Estoy muy cansado/a
- Nunca lo voy a conseguir
- Me duele [Rellenar con cualquier cosa]
- Ya me decían en el colegio que eso no era lo mío
- Lo he intentado 3 veces…
Muchas personas dominan su propia vida y se sienten libres de tomar decisiones mientras que otras, sin embargo, viven en esa prisión mental, atrapadas, encerradas y limitadas por los muros que van construyendo sin darse cuenta. Alimentándose de estos mensajes.
Alguna de las limitaciones con las que nos encontramos son reales, pero la mayoría son limitaciones percibidas, fabricadas por nuestra mente a través de la repetición.
Quizás pensarlo no nos guste, pero cada uno elige cómo emplear el tiempo disponible en el día a día. Todos disponemos de 24 horas al día, 1440 minutos, ni uno más, ni uno menos. Siempre es igual para todos, para el más rico y para el ás pobre. De entre ese tiempo, podemos elegir entre no hacer nada, paralizarse, estancarse, o tomar decisiones, probar, ensayar, caerse y si fallamos, volver a levantarnos.
Ya sabemos que se está muy cómodo y calentito en la archiconocida «zona de confort», pero salir de vez en cuando y exponerse a nuevos retos significa aprender a usar esos minutos. Esto nos puede aportar cosas buenas y cosas no tan buenas, pero manteniéndonos en el mismo lugar conseguiremos siempre lo mismo. ¿Tú quieres siempre lo mismo? El tiempo dirá…
«El único sistema seguro es aquél que está apagado en el interior de un bloque de hormigón protegido en una habitación sellada rodeada por guardias armados»
— Gene Spafford
Amalia Muñoz (Psicóloga)