El consumo de Cánnabis, en sus diferentes preparados (hachís, marihuana) se ha expandido notablemente a lo largo de los últimos 10 años. Químicamente, el principio activo del Cannabis (lo que actúa sobre los receptores cerebrales y crea el efecto) se llama THC (Tetrahidrocannabinol).
Frente a dicha elevación del consumo de Cánnabis, la sociedad suele tener posturas bastantes opuestas. Una parte cree que es mejor legalizarlo, mientras que la otra parte que cree que se han de endurecer las políticas que castigan el consumo de esta sustancia. Como resultado de esta situación, los defensores del consumo de Cánnabis, trabajan por promover el consumo responsable de esta sustancia. Dentro de sus argumentos explican muchas veces que el Cánnabis tiene un uso terapéutico, que puede llegar a ser beneficioso, y que es una droga “blanda”, es decir, con pocos o nulos efectos negativos.
El análisis de los argumentos de quienes defienden y quienes prohíben el consumo del Cánnabis, ha dado lugar a una serie de mitos y realidades.
1. El Cánnabis es bueno, tiene efectos terapéuticos.
En parte es cierto, el principio activo (THC) tiene efectos terapéuticos, pero no el Cánnabis que se consume regularmente. Cuando se utiliza el THC de manera terapéutica, no se consume el tipo de THC que es psicoactivo. Es decir, quienes realizan un uso terapéutico del Cannabis, no lo hacen fumando marihuana o hachís. El principio activo se prepara en forma de fármaco, que normalmente se adquiere en farmacias convencionales con receta médica o se dispensa en farmacias hospitalarias. Además, el uso de estos fármacos es muy concreto, los pacientes cumplen una serie de requisitos estrictos y se realiza un seguimiento de los pacientes a los que se prescribe esta medicación.
2. Se trata de una droga que no “engancha”, una persona la puede dejar de consumir cuando quiera.
Esta afirmación es falsa, que una droga enganche significa que modifica el funcionamiento de nuestro cuerpo, y que una vez que no la consumimos, sentimos la necesidad de hacerlo. El Cánnabis, no tiene el mismo potencial adictivo que puede tener el tabaco o la heroína, pero sí que crea una dependencia, principalmente psicológica. Las personas que la consumen sienten un fuerte deseo de hacerlo cuando se encuentran en situaciones en las que suelen fumar.
3. No genera síndrome de abstinencia, si la dejamos de consumir no ocurre nada.
A día de hoy se ha identificado el síndrome de abstinencia del THC, en el que se observa principalmente:
-Irritabilidad, ira o agresividad.
-Nerviosismo o ansiedad.
-Dificultades para dormir.
-Disminución del apetito o ganancia de peso.
-Inquietud.
-Estado de ánimo depresivo.
-Una de estas molestias físicas: dolor abdominal, temblores, sudores, golpes de calor y/o frío, y dolores de cabeza.
4. El Cánnabis no hace daño a nuestro organismo.
Este es el mito más extendido y el más refutado por las investigaciones científicas. Las principales consecuencias negativas del consumo de Cánnabis suelen encontrarse a nivel del funcionamiento cognitivo de nuestro cerebro (memoria, atención, razonamiento) y a nivel del sistema inmunológico. Los consumidores de Cánnabis, muestran un peor rendimiento a nivel de memoria a corto y largo plazo, y mayores dificultades para retener nueva información y concentrarse, en comparación con las personas de su misma edad y cociente intelectual, que no consumen Cánnabis. Además, el THC hace que nuestro sistema inmune trabaje menos y funcione de manera menos eficaz, con lo cual, a largo plazo nos hace más propensos a enfermedades de todo tipo, en especial a aquellas que son autoinmunes o de tipo cancerígeno.
De cara a mantener una buena salud, tanto física como mental, recuerda que es importante evitar el consumo de drogas, independientemente de que creas que son “blandas”. En el caso de que decidas continuar con el consumo de Cánnabis, es necesario llevar a cabo un consumo responsable e informarte de las posibles consecuencias del mismo.
Nuestro equipo de psicólogos puede informarte, puede ayudarte a dejar el consumo de Cánnabis, así como también mejorar los problemas nivel de rendimiento cognitivo y emocional que éste te pueda generar.
Julia Márquez Arrico (Psicóloga Neuroespai)