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¿Soy adicto al trabajo?

¿Qué es la adicción al trabajo?

 

En el séptimo día, incluso Dios descansó.

Pero para los adictos al trabajo, el día de descanso nunca llega. Siempre hay un correo electrónico más para leer, una llamada telefónica más, un viaje más importante a la oficina que no puede esperar hasta el lunes. Adicción al trabajo se conoce también con el término anglosajón Workaholism; workaholics los adictos al trabajo.

A pesar de que existe una creencia y una valoración sobredimensionada de lo que significa el trabajo, es conveniente clarificar que la adicción al trabajo es un daño psicosocial y, como tal, conlleva consecuencias negativas para el mismo trabajador (ansiedad, conductas compulsivas, aislamiento social, etc.), para la organización (disminución del rendimiento, conflictos sociales, etc.) y para la familia y ambientes extraorganizacionales (divorcios, problemas familiares, disminución de las redes sociales, etc.). Como todo daño de origen psicosocial, la adicción al trabajo puede identificarse y las empresas pueden emprender acciones preventivas contra ella y caminar hacia una meta que sí ofrece valor añadido: la generación de organizaciones sanas.

 

Diagnóstico

Cabe destacar que la adicción al trabajo no está reconocida clínicamente y aunque ha sido estudiada durante casi 45 años, el mundo tecnológico actual, realmente añade una nueva dimensión al concepto de adicción al trabajo. La tecnología, los smartphones, los ordenadores portátiles y las tablets, ofrecen muchas opciones para trabajar desde cualquier lugar en cualquier momento y para algunas personas, eso significa trabajar todo el tiempo. La capacidad de llevar el trabajo a casa desdibuja la línea entre el trabajo y el ocio ya que muchas personas se sienten obligadas a seguir trabajando mucho más allá del tiempo de salida oficial. A menudo, hay una expectativa (real o imaginada) de que los trabajadores estarán disponibles durante las noches, los fines de semana, e incluso las vacaciones.

 

Escala de adicción al trabajo

Investigadores noruegos del Departamento de Ciencias Psicosociales de la Universidad de Bergen, identificaron síntomas específicos que son característicos de los adictos al trabajo. Estos investigadores desarrollaron una escala de adicción al trabajo que utiliza los siguientes siete criterios para evaluar la probabilidad de que una persona tenga una adicción al trabajo:

 

  1. Piensas en cómo puedes liberar más tiempo para trabajar.
  1. Pasas mucho más tiempo trabajando de lo inicialmente previsto.
  1. Trabajas para reducir sentimientos de culpa, ansiedad, desamparo y / o depresión.
  1. No escuchas a otras personas te han dicho que reduzcas el tiempo de trabajo.
  1. Te sientes estresado si no puedes trabajar.
  1. Reduces aficiones, actividades de ocio, y / o ejercicio debido a su trabajo.
  1. Trabajas tanto que esto ha influido negativamente en tu salud.

 

Si respondiste «a menudo» o «siempre» a cualquiera de estos puntos, puedes ser un adicto al trabajo. El estudio que se realizó en la Universidad de Bergen, concluyó que alrededor del 8,3% de la mano de obra noruega es adicta al trabajo – otros estudios han sugerido que alrededor del 10% de la población promedio en otros países son adictos al trabajo -.

No obstante, las respuestas a los ítems de esta escala no servirían como criterio exclusivo y por tanto, no serían suficientes para diagnosticar una adicción al trabajo. Además, se tienen en consideración algunos rasgos de personalidad que se han identificadao como significativos en personas adictas al trabajo:

 

Deseabilidad – Los adictos al trabajo son más propensos a ser altruistas, complacientes y modestos.

Neuroticismo – Los adictos al trabajo tienden a ser nerviosos, hostiles e impulsivos.

Imaginación – Los adictos al trabajo son generalmente inventivos y orientados a la acción.

 

El estudio encontró que los trabajadores más jóvenes eran más propensos a ser workaholics. Sin embargo, el género, el nivel de educación y el estado civil no parecen ser relevantes. Los padres, sin embargo, eran más propensos a ser afectados, en comparación con aquellos sin hijos.

 

Los peligros de ser un adicto al trabajo, o workaholic

Un estudio realizado en 2013 por la Universidad Estatal de Kansas descubrió que las personas que trabajan más de 50 horas por semana son más propensas a sufrir consecuencias, tanto físicas como mentales, a largo plazo.

Se ha visto que a la adicción al trabajo conlleva una menor efectividad para resolver problemas, menos habilidades comunicativas, menos roles familiares claramente establecidos, menos expresión afectiva, y una función general menos activa en familias compuestas por workaholics a la edad adulta. Varios estudios han mostrado que las parejas y la descendencia de personas afectadas por la adicción al trabajo estarían expuestos a riesgos de sufrir consecuencias negativas a nivel psicológico muy cercanas a las que se observan con personas con adicción al alcohol (eg, Chase, Deming, & Wells, 1998; Kelly & Myers, 1996; Robinson & Rhoden, 1998; Tweed & Ryff, 1991).

 

 

También se ha visto que suelen ser más demandantes con la educación de sus hijos que los no adictos al trabajo y que las actividades de ocio están relacionadas con su trabajo.

El estilo usual del workaholic en su relación de pareja es evitación de conflictos ante los desacuerdos o el uso de comportamientos pasivo-agresivos como el silencio o enfadarse. Esta combinación de factores nos hace pensar que la unidad familiar puede verse muy afectada de manera negativa hasta el punto de poder llegar a romperse.

La incapacidad para separarse del trabajo, en un primer momento, puede parecer que aporta un aumento de la productividad laboral. Con el paso del tiempo, sin embargo, la productividad disminuye y las relaciones sociales pueden verse afectadas. El estrés tiene un efecto acumulativo y, finalmente, la adicción al trabajo puede aumentar los riesgos para la salud e incluso contribuir a los factores de riesgo de muerte prematura.

La literatura en clínica sugiere que los hijos de los workaholics tienen más riesgo de convertirse en personas exigentes que buscan la aprobación constante para satisfacer las expectativas de los demás (Robinson, 1998a). Estos estudios también indican que los hijos adultos de los workaholics, comparados con hijos de no workaholics sufren más depresiones, tienen más ansiedad y mayores tendencias a comportamientos obsesivos-compulsivos (Navarette, 1998; Robinson & Kelley, 1998).

Trabajar muchas horas también tiene sus trampas. Cuantas más horas se trabajan, más dinero se gana. Aun así, el tiempo que se emplea en el trabajo se resta del tiempo libre, por lo que se reduce la cantidad de tiempo libre disponible para disfrutar gastando parte del dinero. Sin siquiera darse cuenta, la vida de estas personas se convierte rápidamente en sólo trabajo y cero tiempo para el ocio.

 

Tratamiento de la adicción al trabajo

A pesar que la Adicción al trabajo no esta, por ahora, reconocida como entidad diagnóstica, existen varias intervenciones que se han mostrado eficaces en este tipo de circunstancias como la Terapia Breve estratégica, la Terapia Familiar Sistémica y la Terapia cognitivo-conductual. El trabajo psicoterapéutico se centra en identificar y modificar pensamientos negativos y patrones de pensamiento, así como aquellas conductas que inician, mantienen y buscan la adicción. En ocasiones, la intervención de la familia es necesaria para cerrar el trabajo sobre el conflicto que se ha establecido alrededor de las conductas adictivas.

Aunque la sociedad de consumo potencia el sacrificio del tiempo libre en detrimento de un trabajo adicional para ganar más y para poder aumentar el consumo, una distribución equilibrada del tiempo entre el trabajo, el descanso, el ocio y las relaciones sociales es un requisito fundamental para el bienestar personal (Alonso-Fernández, 1996).

 

“Un síntoma de que te acercas a una crisis nerviosa es creer que tu trabajo es tremendamente importante” Bertrand Russell

 

Amalia Muñoz (Psicóloga)